Mochilas grandes
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Mochilas grandes : todo el espacio que necesita
Las mochilas, grandes o pequeñas, se vienen utilizando desde la era prehistórica. El ser humano tuvo en principio un modo de vida nómada y por tanto se vio desde siempre obligado a llevar sus enseres de un sitio a otro. Desde aquellos tiempos remotos se ha sabido que la espalda eran más fuertes que los brazos. Por eso el equipaje, o los bebés, se llevaban en esa parte del cuerpo, lo que dejaba más libertad de movimientos a los hombres y mujeres que trasladaban sus poblados en busca de caza y comida. Luego la humanidad aprendió a cultivar, pero eso no hizo desaparecer el uso de la mochila grande o pequeña, cuyo desarrollo ha tenido mucho que ver con la actividad en la que se han utilizado a lo largo de los años. Quizá uno de los usos que más ha influido en la evolución de las mochilas haya sido el bélico: hay pocas cosas más exigentes, tanto para el cuerpo como para el equipo, como una campaña bélica.
¿Mochilas grandes o mochilas pequeñas? El tamaño adecuado
El tamaño ideal de una mochila depende, fundamentalmente, de dos cosas: la capacidad del portador, por supuesto; y la actividad que se va a realizar. En lo que se refiere a actividades deportivas, si la salida es para una jornada o menos, lo recomendable es una mochila de unos cuarenta litros. Para sesiones que incluyan una noche fuera, dado que será necesario llevar un equipo más voluminoso y por tanto más pesado, lo ideal son mochilas más grandes, de entre cuarenta y sesenta y cinco litros, que puedan acomodar todo lo necesario para pasar la noche: desde una funda de vivac o un saco de dormir hasta los elementos imprescindibles para cocinar, en su caso. Por último, si la salida abarca varias noches, se recomiendan mochilas grandes de más de sesenta y cinco litros. Sea cual sea el tamaño de la mochila, lo más importante es distribuir bien la carga en su interior. De este modo se evitarán lesiones de espalda y la jornada se hará mucho más llevadera. Hay que tener en cuenta que lo mejor es alinear el peso con el centro de gravedad, para lo cual es necesario colocar los elementos más ligeros en el fondo, seguidos de la masa más pesada, que quedará así en la parte central de la mochila. Los enseres de uso más frecuente se colocarán en la parte de arriba o en los bolsillos exteriores.Los mil y un secretos de una mochila grande..., o no tanto
En principio, todas las mochilas comparten la misma estructura:- Cuerpo de la mochila, que se divide en dos: una parte inferior para el saco de dormir separada por cremallera de la parte superior, más grande, donde se lleva el resto de accesorios de montañismo.
- Seta o cabecero, una tapa que cubre la parte superior del cuerpo y en la que suele haber un bolsillo externo y otro interno.
- Espaldera. De su calidad y diseño depende que la espalada esté protegida. Es de la espaldera de donde salen las cintas que sujetan la mochila a los hombros así como el cinturón; y son estos elementos los que redirigen el peso a la cadera.
- Cinturón: La parte más importante de la mochila. Del cinturón depende que el peso se distribuya realmente sobre cadera y piernas. Aunque es imprescindible, sobre todo en el caso de una mochila grande, que todo el diseño de la mochila se oriente a esta distribución, no sólo el propio cinturón.